jueves, 12 de mayo de 2011

NCSM

Nobody Can Stop Me. Eso es lo que decía la cara de Lebron cuando estaba sentenciando a los Celtics, esa cara que ya conocemos de otras veces.


Una cosa está clara, cuando a Lebron le entran los triples se convierte en un jugador imparable (recuerdo partidos contra Portland o New York vistiendo la camiseta de Cleveland impresionantes), domina los partidos a su antojo y puede hacer de todo sobre la pista. Y ya no digamos si en su equipo juega un tal Wade, mezcla que puede hacer que Miami sea campeón y el rey por fin tenga corona. No importa que los demás componentes del Miami (salvo Bosh) no aporten en ataque, con una defensa intensa y con estos dos monstruos del baloncesto se puede ganar a cualquier equipo.

Y que decir de los Celtics. Los verdes ven como poco a poco sus jugadores se hacen más viejos, aparece un año más en su expediente y Rondo parece no darse cuenta de que si quiere estar en la élite debe saber tirar mejor que mi abuela. ¿Fin del lustro glorioso? Con estos jugadores nunca se sabe, por lo menos Doc Rivers aseguro que seguirá el año que viene. Habrá que esperar, aunque el este puede convertirse en un territorio hostil dominado por dos equipos con mucho hambre.

Ahora muchos critican los traspasos de febrero que dieron con Perkins en Oklahoma. Sinceramente, no creo que Perkins hubiera cambiado mucho la historia, y conseguir un jugador con la progresión y calidad de Green nunca es malo, eso si, rotundos fracasos con Murphy y O´neal, grandioso pasado y nulo presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario